Acabo de diseñar un pequeño jardín con macetas que tengo frente mi casa, con una banquita de madera donde me gusta salir al terminar el día y tomar un té o un vino (depende del día) y relajarme.

Se me ocurrió que sería muy interesante comprar algo relax para leer en esos momentos libres y se me ocurrió suscribirme a una revista especializada.
Esta suscripción la compré digital, me llega a mi correo y la guardo en mi iPad, supercómodo para leer y mucho más práctico que comprarla en físico.
Pero algo que yo creía que era algo sencillo para relajarme (una revista) no tiene nada de sencillo, por alguna razón encuentran la manera de hacerlo muy complicado.
Hay un artículo de los inodoros que al terminar de leer esas muchísimas palabras me quede con una sensación, de no entender nada y que en un 10 % de palabras pudieron explicar todo.
Tienen la extraña necesidad de hacer complicado, algo muy sencillo.
Los escritores de estos artículos piensan que usar analogías complicadas y términos muy técnicos e incomprensibles ayudan a demostrar su “gran sabiduría” perdiendo de vista que escriben para alguien más.
Tal vez el que tengan un compromiso de escribir cierta cantidad de palabras por edición es lo que provoca que alarguen temas sencillos o tal vez no se han puesto a reflexionar a quién le están escribiendo.
“La complejidad es tu enemiga. Cualquier tonto puede hacer algo complicado, lo difícil es hacer algo simple” – Richard Branson
Los arquitectos solemos ser personas prácticas y muy visuales, nuestra vida académica no se caracteriza por leer mucho y nuestro trabajo es poder explicarle a no arquitectos sobre arquitectura.
En una ocasión mandan a entrevistar a una persona que no sabía nada de física a Albert Einstein, al terminar su entrevista escribió que la teoría que Einstein es tan complicada que solo 3 personas en el mundo pueden entenderla y que por eso no había quien la refutara.
Algo así pasa con los artículos de arquitectura, complican tanto las cosas que las ideas son tan poco entendibles que al final no sabes qué refutar o que aprender de esto.
Yo me dedico a la arquitectura, vivo de la arquitectura, tengo 15 años ejerciendo esta carrera, mi vida gira en torno a esta profesión, me encanta leer, leo más de 25 libros al año de diferentes temas, especializados y no.
Y, aun así, me cuesta mucho trabajo y me desgasta mucho intentar leer esos artículos que complican nada más porque sí.
Dudo mucho que sea al único que le pasa esto.
“La simplicidad, es la máxima sofisticación” – Leonardo DaVinci
Un ejemplo contrario acabó de comprar el libro de Ciudades para la Gente de Jan Gehl y es una maravilla de libro.
Incluso me parece brillante que a un lado de cada párrafo te resuma la idea de la que habla este, es hacer sencillo algo que no tiene que ser complicado.

Creo que la Arquitectura va muy atrás en comparación a muchas otras ciencias y artes, desde la manera en que trabajamos hasta la manera que divulgamos.
Pienso que no hay nada más refrescante que sin tanto esfuerzo y sin tanto rodeo puedas disfrutar y aprender algo nuevo.
Si queremos extender la cultura de la Arquitectura tenemos que hacerla más simple para que hasta los más jóvenes puedan entenderla.
Y sin duda esto haría que fuera más disfrutable sentarme en mi banquita a tomarme un tequilita y leer un poco para relajarme.
Hagamos las cosas sencillas.

[…] Esta semana escribí un microblog sobre el porqué es tan difícil leer arquitectura. […]