Meredith es mi hija, tiene solo 5 años, ama los helados, los unicornios, pintar y su lugar favorito del mundo es la playa.

Desde hace muchos años ella se apropió del restirador que tengo en casa y siempre tiene un juego de acuarelas en él.
Y mientras yo trabajo en mi escritorio, ella siempre me hace compañía dibujando un sinfín de cosas y la verdad que es muy creativa, o tal vez eso pienso por qué soy su papá.
Ella combina lo que se le cruza, hace composiciones muy interesantes, la verdad es que me encanta como trabajan los niños.

Como te comente mi hija ama la playa, intentamos ir tan seguido como podemos.
Y ya tiene algo de tiempo diciendo que quiere ir a la playa.
Pero le decimos que para ir a la playa necesitamos ahorrar dinero, porque cuesta ir a la playa.
Así que a ella se le activó su chispa emprendedora, se puso toda una tarde y se puso a dibujar.
Dibujo muchos arcoíris, cada uno diferente, le agrego como pudo algunas letras.
Cuando menos me di cuenta ya tenía 11 dibujos de arcoíris.
Cuando le pregunte que para qué tenía tantos arcoíris, ella dijo que los iba a vender, juntar dinero y ahorrarlo en su alcancía para ir a la playa.
Este sábado se levantó temprano y nos pidió que la llevemos al tianguis, mi suegra tiene un negocio ahí.
Vendió todos sus dibujos, todos fascinados con su iniciativa le compraron su arte.
Mi hija, en sus 5 años de vida, se dio cuenta de que tenía un talento, lo utilizo y lo vendió.
¿Cuántos de nosotros no nos atrevemos ni siquiera a mostrar nuestro trabajo por el “que dirán”?
Cuanto arte se queda reprimido por miedo.
¿Tú en que eres bueno y no lo has mostrado por miedo?
La semana pasada saque un curso en la academia de arquitectura donde hablamos de este tema “Como promocionar tu trabajo” y tal vez te pueda interesar.
Pocas personas me han inspirado tanto como mis hijos y no hace falta decir lo orgulloso que me sentí cuando vi a mi hija feliz colocando sus ganancias en su alcancía para ir a la playa.

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